De "Los textos percutidos: el desierto"
I.
Del otro lado algo
atravesar la orilla nada
sólo un poco de agua todo
casi me acostumbro a esto
II.
Acotado por la nada
su redondez
sus cielos
la redondez silenciosa de sus cielos
III.
De la nada emerges
dices mientras señalas:
del otro lado mueres
IV.
V.
La roca habla
dice algo ininteligible
ha trazado el camino
VI.
Entre ruinas
la memoria entretejida
líquida geométrica
el desierto hace laberintos
VII.
Mirábamos las luces mientras quemábamos poemas de Vallejo
hacíamos fogata de Heraldos Negros
VIII.
Hay un punto que salva la mano
ese —iluminado—
porque desierta la tierra
desierto el vientre
IX.
Del otro lado esto
atravesar la orilla solo
un poco de agua algo
casi me acostumbro a todo
o nada
X.
El agua en medio del desierto
saliste y dijiste — de ese lado mueres —
— saliste — digo — ¿de dónde? —
si había solo un paraje
las Margaritas
el desierto acotado por la nada
la redondez de la nada
la redondez silenciosa de la nada
a la mitad la piedra habla
dice algo
(secreto)
no lo recuerdo
al principio la piedra no habla
XI.
Las Margaritas
todo tan desértico: el miedo
la ausencia
todo
esas luces
sé que las miras
como yo
¿no?
todos las mirábamos mientras quemábamos poemas de Vallejo
hacíamos fogata de Heraldos Negros
fogata blanca
¿y el frío?
XII.
El desierto es frío como sus minerales
sus fósiles y silencios
(no le he contado a nadie
para qué hacerlo)
decir lo indecible
indecible también ese ofrecimiento: todo
el vértigo
el corazón arrancado
la mirada oscura: el abismo
el hombre y el abismo
dentro del círculo: el hombre
el abismo
la sombra
la sombra de la tarde
y de la noche
el desierto y sus sombras
la redención y el bautismo
con una piedra y
esa moneda arrojada a la orilla del camino
vuelta a tropezar
todo esto es tuyo: la trampa
el cuerpo a punto de caer en esa trampa
XIII.
Es el desierto un ladrido al margen de mis piernas
la nada
la nada
la nada
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