Miniaturas
"En realidad, los recuerdos están siempre allí, igual que piedras, y somos nosotros los que nos acercamos a ellos."
Raúl Zurita
en lo más húmedo y silencioso
copulamos como escarabajos
hasta fracturar la montaña*
las piedras siempre serán lecho de flores
las más planas, camino de hormigas
el silencio habita lo diminuto
está hecho de arena
a cada paso que damos: la sorpresa
los pies anclados al margen del peñasco
a lo lejos lo inasible, de cerca lo ínfimo
el mundo secreto de los minerales
lo inasible y efímero de la sombra
-el otro lado se anuncia-
migrar, y en la punta del pie
encontrar formas de hacer poesía
hay algo de muerte deliciosa
en ese dejar correr el cuerpo sin voluntad
aunque el grito se pierda en la fisura
aunque se diluya en la sombra
extraño el intervalo en que el sueño se disipa
adentro, en la semilla
se retuerce un dios pequeño
moribundo
me hiere la orilla de un sueño
líquido - su sombra
nada me fue dictado
las luciérnagas anidaron en mi lengua
aprendo a hablar en lengua larvaria
no
nada
la fugacidad
el aire que respiramos
acamparé con mis bestias
me inundaré de nardos
dejaré que el letargo me transite
que me enajene el aroma de los muertos
la memoria entretejida
levanta ruinas que el desierto habita
huelo la sal de tus acantilados
alcanzas la sima que divide mi valle:
¡siente cómo el aire tiembla!
dame la humedad de la montaña
del risco, la peligrosa caída
Bajo las piedras. A resguardo
del fuego y de los proyectiles
copulan los escarabajos.
Chantal Maillard, Medea (fragmento 13)
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